Can Ros

can ros

Un restaurante con alma marinera.

Orígenes

Fundado en 1908 como una taberna por Ramón Cid Ripollès, en sus inicios vendían vino a granel de diferentes orígenes ( Gandesa, Alella, Priorat…), aceite y otros víveres, tenían tostadora de café, llenaban los sifones y despachaban el hielo para las neveras. 

Después de una dura Guerra Civil y en plena posguerra, a finales de los años 40 comienzan a servir alguna tapa, especialmente anchoas y aceitunas, vinos y vermut. En los años 50, Ramón Cid Martínez, nieto del fundador, decide tomar las riendas de la taberna y junto con su mujer Rosita, dan continuidad familiar al negocio. El siguiente paso, ya con Ramón al frente, fue atreverse a servir alguna tapa caliente hecha a la plancha o a la parrilla.

El negocio, desde que comenzó, sólo en la planta baja, se amplía en el primer piso, que era hasta entonces vivienda familiar. 

Ya a finales de los años 60, Ramon Cid y Rosita transforman el local en un restaurante con una ya extensa carta.

Ramón y Rosita, ya con edad de retirarse, deciden empezar una nueva aventura y en 1993 abren otro restaurante: LA MAR SALADA, en primera línea del Paseo Joan de Borbó, y que este año 2023 cumple su 30 aniversario.

En 2001 cogen las gestiones del negocio Marta, nieta de Ramón y 5a generación de la saga y su marido Albert Enrich. Y comienzan una transformación de ambos restaurantes tanto estética cómo gastronómica y así proyectar la continuidad de los dos restaurantes hasta hoy. 

Ramon Cid estuvo trabajando desde los 23 años cuando volvió del servicio militar hasta pasados los 90 años, fiel a su alma luchadora y trabajadora.

¿Por qué Can Ros?

Los Cid tenían la curiosidad genética de que en la familia había rubios y pelirrojos. Por eso, a sus inicios se les conocía como los de Can Roig. Con la llegada del franquismo, el apodo » rojo » no era el más aconsejable y las circunstancias llevaron a transformar el nombre en Can Ros. ¡Genial!

Pescado de la Barceloneta

Desde hace más de 10 años, Albert decide apostar como producto estrella de su oferta el pescado que cada día se pesca en “exactamente 446 pasos de Can Ros”: el pescado del Muelle de Pescadores de la Barceloneta, el Pescado Barceloneta. Cómo hacía el abuelo Ramón, Albert en persona asiste a diario a la Lonja a comprar un producto de proximidad y frescura insuperable. Por eso, la carta es estacional y condicionada a lo que aquél día hayan capturado los pescadores . Así de auténtico. 

Sólo las obligadas vedas de pesca le fuerzan a cambiar durante unas semanas el Muelle de la Barceloneta por el de Vilanova. Este cuidado al producto es un detalle más que denota uno de los objetivos de todo el equipo: la fidelización del cliente. De un cliente autóctono principalmente que exige y valora la calidad y el cuidado en los detalles, y que busca la cocina local, de la Barceloneta. Una cocina sincera con alma marinera que todos los días es más difícil de encontrar en las mesas de La Barceloneta.

Cocina tradicional renovada

Después de casi 50 años de trayectoria de Lucía en la cocina de CAN ROS, actualmente el jefe de cocina es el joven y creativo Jordi Kevin Ballester, que después de pasar por cocinas muy relevantes, hoy es el chef de Can Ros. Un chef que sabe combinar esta cocina tradicional tan nuestra con las innovaciones actuales. El equipo lo complementa Guillem Faura, como jefe de sala, que recibe los clientes con un trato cercano y familiar.

CAN ROS, con 115 años de historia, es hoy uno de los pocos restaurantes que mantienen esta fidelidad a la cocina autóctona, esta cocina de identidad de barrio marinero que todos recordamos de las nuestras abuelas, basada en un producto de proximidad de máxima calidad.

También puede interesarte

Más artículos