Nuevas generaciones

Treinta años después de la desaparición de los merenderos, todavía se mantienen algunas sagas en activo.

Como los hijos y nietos de María Vellvéde Casa Costa, o los de María Lluisa Espí del Costa Azul.

Son ya cuarta y quinta generación que han sabido mantener la esencia de sus antepasados, adaptándose a los tiempos pero respetando el legado sin olvidar nunca sus orígenes.

Maria Lluïsa Espí, del Costa Azul

Sus padres Antonio Girau y Concepció Espí adquirimos el Costa Azul en 47. Ella y su marido Agustí Ferrer continuamos al frente del negocio hasta los derribos. Fueron una de las familias que se trasladaron al Palacio de Mar, donde regentan La Gaviota. Dirigida por su hija Maria Ferrer y su yerno Ramón Seoane, a la Gaviota trabaja ya una cuarta generación: sus nietos Laia, Albert, Sergi y Agustí. 

Maria Vellvé, del Casa Costa

La Sra. María recuerda que “todo lo empezó antes de la Guerra, mi abuela, Carmen Fresquet, y mi madre, María Costa, que en la época de verano, cuando veían pasar los bañistas hacia la playa, pensaron montar una tableta, como ya hacía alguien otro, para ofrecer pan y chocolate. El año siguiente, ya ofrecieron mejillones y así fue evolucionando el negocio. Emprendedores e inquietos, la María y su marido compraron el Hawái, que después le dirían El Pinxo, y posteriormente lo Dos Hermanas que el rebateixarien como Lo Merendero de la Mari. Conscientes que algún

día derrocarían los merendero, hizo construir el edificio donde se instaló Hace falta Costa. Sus 3 hijas y el hijo pequeño cogieron el relevo para continuar abrimos restaurantes cuando se derrocaron

los merendero. En Sitges unos y otros al Palacio de Mar con lo Hace falta Pinxo y Lo Merendero de la Mari actuales. Hoy una quinta generación de la familia mantiene el legado familiar, o sea los nietos de María y tataranietos de Carmen.

También puede interesarte

Más artículos