La última lección del hombre que hizo estallar la biomedicina en la Barceloneta

El pasado Septiembre, Jordi Camí, catedrático de farmacología en la Universidad Pompeu Fabra.

Figura clave en el desarrollo biomédico en la Barceloneta, pronunció su última lección. En una sesión abierta a la comunidad, exploró sus emociones. Reacciones muy humanas que combinan biología y cultura y que, el catedrático, acompañó de un toque de magia.

Camí inició su conexión con la Barceloneta como médico e investigador en el Hospital del Mar, donde lideró el Instituto Municipal de Investigaciones Médicas (IMIM), ahora Hospital del Mar Research Institute, de 1985 a 2005, así como el laboratorio de farmacología.

Durante los Juegos Olímpicos de 1992, éste último fue acreditado como laboratorio antidopaje, supervisando los controles de sexo y sustancias prohibidas. Las pruebas se realizaron en el edificio de la calle Aiguader 80, que desde 1998 alberga la Facultad de Medicina y Ciencias de la Vida de la UPF, inaugurada cuando el catedrático era director del departamento universitario homónimo, encargado de la docencia.

En 1991, durante la recalificación de espacios para la remodelación del frente marítimo derivado de los Juegos Olímpicos, el antiguo campo de fútbol de la Barceloneta de la calle Doctor Aiguader 88, fue calificado como parque biomédico. Y, quince años después, se inauguró el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona, uno de los polos deinvestigación biomédica más grandes del sur de Europa, dirigido por Camí desde su apertura, en abril del 2006.

Al otro lado de la ronda, Camí, también fue promotor y director de la Fundación Pasqual Maragall para la lucha contra el Alzheimer.

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