La herencia invisible de la adicción

Olga Valverde Granados, investigadora y catedrática al Departamento de Medicina y Ciencias de la Salud (MELIS) de la Universitat Pompeu Fabra.

Comer, beber, relacionarnos o tener sexo son acciones placientes que nos han permitido, a los humanos, sobrevivir como especie. Pero el efecto de estas situaciones placientes puede ser “secuestrado” por el alcohol u otras drogas que pasan a ser las únicas que proporcionan bienestar, haciendo que los refuerzos naturales pierdan el efecto. Explica Olga Valverde Granados, investigadora y catedrática al Departamento de Medicina y Ciencias de la Salud (MELIS) de la Universitat Pompeu Fabra.

Durante el embarazo y la lactancia, el consumo de alcohol afecta el bienestar de la madre, pero también tiene efectos sobre el bebé futuro, y esto es justamente el que el grupo de Olga estudia con un modelo animal en ratones.

Con sus estudios han visto que, las crías de ratones que han consumido alcohol en artazgo (cosa que entenderíamos como una borrachera) tres veces durante el embarazo y tres más durante la lactancia, tienen dificultades de aprendizaje y alteraciones a nivel motivacional.

“A pesar de no tener cambios de peso ni cambios morfológicos, las crías de las madres que han consumido alcohol tienen trastornos del aprendizaje, trastornos psiquiátricos, emocionales y una predisposición más grande a desarrollar adicciones a cualquier tipo de sustancias”, explica la investigadora. Cambios invisibles que perduran en la edad adulta. Y es que el cerebro es un órgano en crecimiento hasta la edad juvenil. Por lo tanto, el consumo de alcohol u otros tóxicos por parte de la madre durante la gestación y lactancia tiene un impacto en el desarrollo del cerebro de las crías.

A pesar de que los estudios del grupo de Olga están hechos en ratones, la traslación de los resultados a humanos es inevitable. Según Valverde, “hay un gran desconocimiento de este tipo de efectos en niños las madres de los cuales han consumido alcohol, aunque sea de forma esporádica, que se suma a una falta de diagnóstico”. Un escenario especialmente preocupante “en un país Mediterráneo, donde a menudo las celebraciones están relacionadas con el consumo d´alcohol”. Por eso queremos explicar nuestra investigación. “Para que las mujeres sean conocedoras del mal que produce el alcohol”, concluye la catedrática.

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