Recuperando nuestra cocina

Como en tantos aspectos de la vida, en gastronomía no siempre es sencillo mantener las raíces culinarias. Es tentador caer en fórmulas más fáciles que sustituyan a la manera de hacer en la cocina de nuestros antepasados. Por eso tiene un mérito todavía mayor estas iniciativas, nuevas y ya consolidadas la mayoría, que apuestan por la cocina tradicional, en el caso de la Barceloneta la cocina marinera de toda la vida. 

Sagas familiares

Es curioso comprobar como la gran mayoría de estos establecimientos son regentados por terceras y hasta cuartas generaciones. Muchas de elles procedentes de los añorados merenderos.
En este grupo podemos mencionar Can Majó, Paco Alcalde, Mesón Barceloneta (antiguo Perú), La Gavina, el rey de la Gamba i Ca la Montse. Por supuesto todos los procedentes de la familia Costa: Hace falta Pinxo, El Merenderode la Mari, Altamar o el recientemente recuperado Casa Costa. Además de los “hermanos” El Mar Salada y Cal Ros.

Clásicos del barrio 

Otros fueron abiertos por emprendedores venidos de fuera que han conseguido, con respeto y buen hacer, ser unos clásicos. Entre otros, el Restaurante Salamanca.

Singulares de siempre

Can Chusco es un caso especial que mantiene su cocina y local inalterable al tiempo. O Can Solé o el Sheriff, históricos con nuevas gerencias que han sabido respetar la esencia de sus locales. 

Primeras generaciones

Tan meritorio como mantener una tradición familiar es abrir un nuevo establecimiento que refleje esta historia culinaria local. Sería el caso de Ca La  Nuri, el Xiringo o Casa Maians, entre otras. 

Hay más y por supuesto bares y tascas más de tapáis. No era el tema. Esta vez se quería destacar los restaurantes de cocina y carta. Para agradecerlos su preocupación para recuperar y mantener una tradición culinaria que forma parte de la cultura de un barrio. De un barrio pescador.

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