Del Hospital de Infecciosos al Hospital del Mar

El Hospital del Mar, con más de un siglo de existencia (1914), siempre ha estado muy centrado en el estudio para combatir las enfermedades infecciosas y el control de

plagas víricas y bacterianas de epidemias y pandemias. Actualmente, sigue siendo un punto de referencia para el estudio, la docencia y la investigación científica médica aparte de ser una de las mejores instituciones sanitarias en dar servicio, tanto en la ciudad como en el barrio de la Barceloneta, donde han mantenido una relación muy estrecha a lo largo de su historia.

 

Sus inicios

Durante la edad media y moderna, dentro de la ciudad, estaban el Hospital de Sant Pau y la Santa Creu, que, conjuntamente con los conventos dedicados a la beneficencia, daba asistencia sanitaria. Fuera las murallas de la ciudad, desde el siglo XVI, estaba la Casa de la Sanidad, un centro dedicado a las personas sospechosas de ser portadoras de posibles infecciones para que estuvieran aisladas y hicieran la cuarentena.

A lo largo del siglo XIX la ciudad y el barrio sufrieron varias epidemias. La primera en aparecer fue la fiebre amarilla, en 1821, que llegó a través de un barco proveniente de las Américas. El Port siempre será un punto de entrada de enfermedades e infecciones y la Barceloneta sufrirá sus consecuencias muy directamente.

La epidemia siguiente fue la del cólera, de 1833 a 1835, que tuvo rebrotes de 1853 a 1856 y 1865.

En 1870 volvió a aparecer la fiebre amarilla, que llegó también por un barco proveniente de Cuba.

Para combatir todas estas enfermedades, las Juntas de Sanidad ordenaron la construcción de hospitales, habilitaron conventos o edificios públicos para utilizarlos como hospitales improvisados y se crearon brigadas para enterrar los cadáveres. Para evitar contagios las medidas que se aplicaron, fueron el cierre de las murallas y la paralización de la vida económica, cultural y social de la ciudad. En ambos casos de fiebre amarilla tuvo que desalojarse la Barceloneta por ser el barrio más afectado.

En 1904, la ciudad de Barcelona sufrirá una importante epidemia de peste bubónica, provocada por la importación de algodón procedente de Esmirna y de Bombay, ciudades en las que la peste era endémica y que será la excusa para construir unas nuevas instalaciones para atender a los enfermos.

En 1905, se decidió, por parte del Ayuntamiento de Barcelona, inaugurar el Lazareto de la Sección Marítima del Parque. Por su creación se utilizaron los pabellones de la marina de la exposición Universal del año 1888, que no dejaban de ser unas edificaciones rudimentarias que ocupaban el mismo solar, donde en 1929 se construyó el edificio de diez pisos horizontal del hospital actual. Este Lazareto fue el embrión del Hospital Municipal de los Infecciosos de Barcelona, que años más tarde dio paso al actual Hospital del Mar.

 

1914-1939

En noviembre de 1914 una mortal epidemia de fiebre tifoidea asoló la ciudad y lo que hasta entonces se llamaba la Sección Marítima del Parque pasó a ser, en 1915, el Hospital Municipal de los Infecciosos, con el fin de atender a enfermos de peste, tifus y otras enfermedades contagiosas.

En la década de los años 20 habrá pocas epidemias, la población se recuperará algo de los estragos de la gripe, y los únicos pacientes ingresados en el Hospital Municipal de los Infecciosos eran personas indigentes incurables. Esto hará que el Hospital se divida en dos pabellones separados: uno por los Infecciosos y el otro por los Incurables. Esta situación será peligrosa porque no se podrá asegurar permanecer aislado los infecciosos. Éste será el momento que aprovechará el Ayuntamiento de Barcelona para tomar la decisión de construir un edificio propio donde poder atender a los enfermos infecciosos adecuadamente. Por eso en 1920 se empiezan las obras del nuevo Hospital del Mar.

El Ayuntamiento escogió el lugar donde estaba la antigua Casa de la Sanidad, que se emplazaba entre el viaducto y el futuro paseo marítimo de la ciudad y desde la fábrica de la Catalana de Gas hasta el camino del Somorrostro. Se optó por este emplazamiento para que las únicas construcciones que había alrededor eran industrias y no había ninguna población cercana propensa al contagio. El proyecto de este hospital fue realizado por el arquitecto municipal Josep Plantada y si viene las obras no empezaron hasta mediados de los años 20, no será hasta la Exposición Internacional de 1929, cuando hubo un empujón en la su construcción, inaugurándose en 1930 con el nombre definitivo de Hospital del Mar.

El diseño de su construcción fue a partir de unos pabellones individuales, que permitieran el aislamiento de cada uno de los enfermos, disponiendo de unas habitaciones amplias y limpias donde, dentro de las más rígidas normas sanitarias, se pudiera atender a cualquier tipo de enfermos que estuvieran afectados o en proceso infecto-contagioso. Para ello se contrataron nuevos médicos y por el trabajo de enfermería fueron contratadas la congregación de las Hermanas Darderes, que permanecerán hasta 1977.

El Hospital del Mar, en la época de la República, tenía como misión fundamental contribuir a la defensa de la salud pública como instrumento de la lucha sanitaria. El Ayuntamiento de Barcelona lo consideró como una parte integrada en el Instituto Municipal de Higiene, promocionando el estudio de las enfermedades infecciosas con la organización de cursos de investigación, conferencias y publicaciones a cargo de un prestigioso personal facultativo.

Tanto el Hospital como la Barceloneta, durante la Guerra Civil, por su proximidad a la fábrica de gas, las industrias de maquinaria pesadas y la proximidad al Puerto, pasaron a ser un objetivo clave para la aviación italiana, que les va bombardear noche y día. En 1937 cayó una bomba en uno de sus pabellones, causando la muerte de trabajadores y enfermos. A mediados de diciembre de 1937 se decidió evacuarlo y trasladar a todos los enfermos y equipos médicos al hotel Florida del Tibidabo como nueva sede. A partir de entonces, se sufrieron dificultades en el transporte, en el suministro de calefacción, agua y luz y una restricción en los alimentos, los medicamentos y los productos sanitarios.

Una vez terminada la guerra, en 1939, el Hospital volvió a su lugar original. El primer acuerdo que tomó el Ayuntamiento franquista fue depurar y destituir a los médicos, enfermeras y personal administrativo que habían estado en el bando republicano. Uno de ellos fue el propio director, el doctor Josep Maria Grau, que se le apartó de su oficio y nunca volvió a ejercer. El otro acuerdo que dio el Ayuntamiento fue cambiar el nombre de Hospital del Mar por el de Nuestra Señora del Mar.

 

1940-1975

Tras la Guerra Civil, el hospital siguió tratando graves epidemias como la viruela (1940), el tifus (1941-1942), la poliomielitis (1950) y el cólera (1971).

A pesar de ser una época de dificultades y restricciones, el dr. Lluís Trias de Bes i Giró, director del Hospital entre los años 1940-1961, creó el Instituto de Medicina Tropical, una especialidad prácticamente inédita en la época, diseñada desde la propia Alemania nazi. El dr. Trias de Bes fue también el promotor del Instituto Municipal de Investigaciones Médicas, más conocido como IMIM, en 1947, y que fue inaugurado un año más tarde, por el prestigioso doctor y Premio Nobel de Medicina dr. Alexander Fleming, quien aprovechó una estancia en nuestro país invitado por el gobierno franquista.

En 1950 se adquirió el primer pulmón de acero de Barcelona, que permitió respirar a aquellos enfermos con insuficiencia pulmonar y se inauguró el servicio de Cirugía. En la época de 1959 hubo un gran brote de poliomielitis en todo el Estado, que afectó mayoritariamente a la población infantil a consecuencia de no haber sido vacunados durante y después de la guerra. Ante la necesidad, el Hospital creó un servicio exclusivo para el estudio y el tratamiento de la enfermedad infecciosa y promovió una vacunación masiva a todos los niños.

En 1969 se construyó, dentro de las instalaciones del hospital, el Institut Neurològic Municipal. Este nuevo edificio, de diez pisos construidos en horizontal, se benefició de los servicios generales del hospital y fue todo un icono dentro del conjunto del parque sanitario. Es en estos años cuando fue referencia en casos de tétanos y gangrena por la disponibilidad de una cámara hiperbárica monoplaza y por la primera unidad de cuidados intensivas en el Estado Español. En 1971 hubo un brote de cólera y el Hospital fue escogido como receptor de todos los enfermos y sospechosos, no únicamente de la ciudad, sino de todo el país.

 

1992, Hospital Olímpic

Tras la muerte del dictador, Barcelona y todo el Estado abrieron un nuevo capítulo de su historia. El hospital, como no podía ser de otra forma participó en esta transformación.

Durante 1986 el Comité Olímpico Internacional decidió que Barcelona fuera sede de los Juegos Olímpicos de 1992 y el Hospital del Mar fue escogido como Hospital Olímpic. La relación con la ciudad siguió siendo muy estrecha. Un nuevo reto de cambio en el que fueron renovadas buena parte de sus instalaciones. Durante los días de competiciones deportivas de los Juegos Olímpicos y los Juegos Paralímpicos, y bajo la coordinación del dr. Pedro Benito, el Hospital se hizo cargo de atender a la Familia Olímpica, la gestión del Laboratorio Antidopaje y los controles de sexo.

 

En la actualidad

Durante las últimas décadas, el Hospital se ha consolidado como uno de los líderes del conocimiento asistencial, docente e investigador de la capital catalana, integrado dentro del Hospital del Mar.

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