Los primeros anuncios del barrio

“Se dispone de sanguijuelas de buena calidad”

La Barceloneta ya desde sus inicios por el 1753 se revela como un barrio activo y repleto de anécdotas y curiosidades. Su vinculación con el principal foco comercial y de entrada a la ciudad, el Puerto, condiciona tanto a la tipología de vecinos que aquí se instalan como a la actividad que en él se desarrolla. Una combinación que hace que la Barceloneta nazca ya como un barrio realmente diferente. La selección de anuncios que aquí os mostramos demuestran ya esta singularidad.

Todos necesitaban vender, alquilar, comprar, dar o canjear algo. 

Los primeros años de formación del barrio, la población que se instala era gente de muy dispares nacionalidades y diversidad de oficios. Desde marineros, comerciantes o artesanos, a militares, y por supuesto pescadores. ¡Un coctail bastante “divertido”! 

Los comerciantes utilizaban los bajos de las casas como talleres o tiendas de todo tipo. Proliferaron los cafés, las tabernas, las pudas, los hotelitos y pensiones y una serie de establecimientos y servicios necesarios para gente de distintos orígenes recién llegada que se establecerían o estaban sólo de paso.

Si pensamos que se trata de personas previamente desconocidas que tenían que comunicar lo que hacían, ofrecían o necesitaban, es fácil adivinar que se tenían que dar a conocer. O lo que ahora llamamos publicitar. 

Limones de Málaga, aceitunas de Sevilla o ¡un ciervo!

Entre los anuncios localizados, os seleccionamos a continuación algunos bastante representativos y curiosos.

Por ejemplo, a finales del siglo XVIII la familia Stirling (origen claramente foráneo) tenía un negocio frente la Riba de bebidas y alimentación. Utilizaban la Gaceta de Barcelona para publicar el 11 de octubre de 1792 su oferta de limones de Málaga y aceitunas de Sevilla. Tanto al menor como al mayor.

Francisco Naranja, vecino de la calle Sevilla, vendedor de todo tipo de animales, anuncia el 10 de octubre de 1794 la venta de un ciervo. Que qué fue del cérvido. Buena pregunta.

Pasa a cobrar, ahora o nunca. 

Pero posiblemente el que más nos ha llamado la atención es el de Joan Casanovas, alias “el Sardo”, alquilador de mulas. El señor Joan anunciaba el 16 de abril de 1796 en El Diario de Barcelona su próxima muerte. El Sardo, con una sorprendente sinceridad y serenidad que le honra, avisa -¡y agradece!- a sus acreedores o deudores que pasen a cobrar o satisfacer las deudas antes de su cercano fallecimiento. Sin duda, el Sardo no sólo quería morir en paz con Dios. 

Las primeras salchichas.

En esta época, la localización del lugar de venta era aproximado. No todas las calles tenían nombre ni las viviendas número. Pero todos se conocían o sabían dónde podías encontrar al vendedor.

El Diario de Barcelona informa el 3 de febrero del 1824 que habían llegado a la Barceloneta cuatro boloñeses (naturales de Bolonia) que hacían salchichas y se ofrecían a trabajar para terceros en su elaboración. Se les podía encontrar en La Posada de la Paloma, ubicada en la Plaza de la Font. Curiosamente donde actualmente está el Mercat con sus correspondientes charcuterías. 

Sanguijuelas de buena calidad.

Si hablamos de salud, en la casa número 5 de la calle San Miguel estaba la Farmacia de Josep Borrell. El 3 de febrero de 1824 el boticario publica en El Diari de Barcelona que dispone de sanguijuelas de buena calidad. ¡Si las prescribe el farmacéutico Borrell, nada que objetar!.

No sólo encontramos anuncios de venta de productos, también notificaciones institucionales como la publicada en El Diario de Barcelona el 25 de julio de 1827, donde se anunciaba la subasta del arrendamiento del servicio para traer y vender nieve en el barrio durante 5 años. 

Chica para servir o amamantar.

Merece destacar un tipo de anuncios ofreciendo los servicios de mujeres y chicas, incluso de corta edad, para distintos menesteres. Principalmente para lo que se conocía popularmente como servir o atender las labores de la casa de una familia normalmente de mejor posición. Incluso en El Diario de Barcelona del 8 de abril de 1796, una joven se ofrecía como nodriza para amamantar “con su leche de dos meses” a un recién nacido. 

En todos estos casos, eran los hombres los que daban referencias sobre ellas, haciendo las veces de tutores. 

Un baño 6 reales, 10 baños 50 reales.

El 2 de junio de 1824 se publica un anuncio de los Baños de Can Soler. Un servicio de lo más completo con multitud de opciones: agua de mar o común, fría o templada… eso sí, siempre con ropa. Aunque el avispado del Sr. Soler ya potenciaba el abono de 10 baños. 

Los diarios del siglo XVIII

Cuando comienzan a surgir los primeros diarios en papel eran semanales y se componían de una o máximo dos páginas. Gran parte de las noticias se centraban en temas sociales locales, política, cultura y, como hemos mencionado, en la actividad portuaria.

Cabeceras destacadas eran La Gaceta de Barcelona, El Correo Nacional, El Diari de Barcelona o Brusi, El Diluvio, El Diari Català, La Vanguardia o El Noticiero Universal, entre otros muchos de corta vida o muy específicos en temas culturales y literarios especialmente.