Lázaro Rivademar

De la Barceloneta a Dubai, pasando por medio mundo.

Lázaro Rivademar Estela (1963). Nacido en la Barceloneta en una familia trabajadora de 9 hermanos, su infancia trascurría en el barrio como la de la mayoría de chavales de su edad: jugando en la Repla cuando salía de La Salle o comiendo pipas y charlando horas con los amigos en un banco de la San Miguel. 

P- Lázaro tenía claro que quería lo que su padre y todos los padres de esa época llamaban “ser alguien”. 

Saliendo de barrio siempre aspiras a más. Aunque nunca me puse una meta concreta pues pienso que la vida no tiene que ser una carrera. Es una suma de etapas que tienes que ir pasando. Yo empecé a trabajar sirviendo cafés, mi paso siguiente era que me dejaran sitio en una máquina de escribir, el siguiente fue coger el teléfono, y así paso a paso. No quieras subir a la cima sin ir pasando esos escalones. Es verdad que tú tienes siempre un sueño en la cabeza, pero lo importante es saborear cada etapa de tu vida, cada escalón, y celebrarlo. Aprender en cada momento y disfrutar el camino sin obsesionarte demasiado por la meta. 

P- Con menos de 18 años entras en una multinacional, Nestlé, subes todos los escalones hasta llegar a ser Presidente de varias compañías en diferentes países.

Todo es un proceso. Nada pasa porque sí. Yo siempre procuraba que lo que hacia me encantara. Primero me apasionaba servir cafés, luego me apasionaba coger el teléfono, me apasionaba escribir a máquina, luego hacer la contabilidad, más adelante me apasionaba ocuparme de las compras, de los sindicatos,… A mi me apasionaba todo lo que hacía. Si que era muy consciente de que en ese camino me tenía que preparar, tanto para hacerlo bien como después para seguir creciente.

P- Hay confianza. Danos la receta.

Yo siempre destaco. Primero: la Pasión, pues amar lo que amas es muy importante. Segundo: la Preparación, para hacerlo bien. Tercero: el Esfuerzo, sin trabajo no es posible.

No te desanimes si el resultado no llega enseguida porque la suerte tarde o temprano va a llegar. Pero cuando te llegue la suerte, que la Pasión, la Preparación y el Esfuerzo -son mayúsculas- estén ahí, porque entonces vas a conseguirlo y sobre todo triunfar. Esto en todas las facetas de la vida.    

P- De inicio, todo esto sin carrera universitaria ni máster alguno. No me digas que además eras de los que copiaba en los exámenes. 

Alguna chuleta ha habido que hacer, como todos. Pero contadas veces porque a mi me gustada estudiar. Es verdad que por razones personales tuve que trabajar y no pude sacar una carrera universitaria en esos momentos, aunque después durante mi vida profesional me he ido preparando mucho, muchísimo, en universidades internacionales. Pero cuando empezaba no tenía ninguna titulación universitaria, lo cual no dejaba de ser un hándicap para un chico de barrio como yo. Esta falta inicial de preparación sólida la iba cubriendo con muchos cursos específicos relacionados con lo que yo hacía en cada momento y, fundamental, idiomas. Una persona que quiera hacer negocios internacionales tiene que hablar mínimo español, inglés y francés perfectos y si además habla otros idiomas mucho mejor. 

P- Mucho nivel profesional para un chaval de barrio. ¿Se digiere bien?

Siempre. Una de las cosas más importantes para mi es saber de donde vienes y tener los pies en el suelo. Yo sigo siendo el mismo chaval que con 16 años ponía hamacas en los Baños San Sebastián. Tengo los mismos principios. He tratado igual a la gente cuando servía cafés que cuando era el Presidente de 25.000 personas. 

Opino que se digiere y se dirige mejor cuando uno es muy consciente de donde viene y lo que ha hecho. Hoy un dirigente debe ser un líder en el que reflejarse e identificarse como alguien que es como tú. 

P- ¿Complejo o incentivo?

Para mí mis orígenes han sido un incentivo total. Porque por ellos soy lo que soy. 

P- Pero el currículum es el currículum. ¿Qué tienes tú que otros no tengan para llegar ahí?

Nada. Yo no soy nadie especial. Pienso que hay mucha gente con mucho más talento que yo que podría haber llegado más lejos que yo haciendo lo que yo he hecho. Ahora, hay que esforzarse.

Pasión, Preparación y Esfuerzo. No me cansaré de insistir. Cualquier persona que haga estas tres cosas lo conseguirá. Ahora, no busquemos escusas. Nada de referirnos en “el profe me tiene manía”, “el jefe no cuenta conmigo”, “es que aquel no se qué”, “es que tengo mala suerte”, “es que…”. La suerte es para todos igual y cuando llega la diferencia es cómo te coge. 

P- Y sin tener miedo a arriesgarse. 

Por supuesto. Y en eso, una vez más, pienso que ayuda el origen. Se requiere valor cuando me envían a Bruselas a 17 bajo cero y lluvia diaria, con dos niños de 4 y 5 años, mi mujer sin conocer a nadie y sin hablar francés porque nunca han salido de Barcelona. Profesionalmente a mí me fue muy bien pero familiarmente fue un sacrificio importante.

Ver a mi mujer llorar y decirte que a veces se pregunta que qué hacemos aquí, es durillo. Los inicios fueron lo más complicado. 

Yo era un chaval de 31 años, con un mal francés, ¿que se encontraba con directores supersólidos y preparados que te miraban como diciendo “?qué hace aquí éste?”. Entonces tienes que demostrar más que nadie. Vuelvo a la receta: preparación y esfuerzo. 

P- ¿Detrás de todo gran hombre hay una aún más grande mujer?

Por supuesto. No tengo ninguna duda. Pienso que, a esos niveles, equilibrar tu vida profesional con tu vida personal, resulta imposible sin una pareja que te apoye incondicionalmente. Llevo casado 36 años y considero que somos un binomio, una unidad en la que ambos nos complementamos.

P- Hasta que dejas Nestlé en 2021.

En los últimos 10 años he cogido más de mil aviones. A veces me despertaba y me preguntaba dónde estaba. No sabía donde vivía mientras mi familia se quedaba en casa. Me he perdido multitud de momentos irrepetibles de la vida de mis hijos. 

Llega un momento que me digo “Lázaro, hay que parar”. No es sólo el avión, es el cambio de horario. Hoy voy a Corea, después a Estados Unidos, vuelvo a Nigeria, a Europa, y seguidamente a Japón o Sudáfrica. 

Aunque disfruto de buena salud mi médico me recordaba que el cuerpo se resiente en cada despegue o aterrizaje y que con 58 años ya no era un jovencito.

Entonces, pensé que había tenido una carrera bonita, había cumplido 40 años en Nestlé, había llegado a un puesto de responsabilidad importante con miles de personas a mi cargo y presencia en más de 45 países.  Estaba teóricamente bien, pero decidí poner el freno. Ahora básicamente me dedico a enseñar lo que yo he aprendido. Soy consultor para diversas compañías y también doy charlas más motivacionales que profesionales a jóvenes, especialmente en Dubai y España.

P- Siempre vinculado al barrio.

Insisto, para mi el origen es tan importante que mis mejores amigos de hoy son los mismos que hace más de 52 años empezamos en 2º de EGB en La Salle Barceloneta. Nos vamos de vacaciones juntos, quedamos para hacer el aperitivo, para cenar.

Son parte de mi vida y yo de la suya. Nunca podría renunciar a ello. Por si fuera poco, por suerte nuestras parejas también se llevan estupendamente. 

Esto me enorgullece mucho. Compartimos alegrías y también problemas, nos ayudamos. Cultivamos la amistad como se cultiva el amor con tu pareja. Quizás lo más común sería tener amigos llamémosles profesionales. Por supuesto tengo, pero esos son amistades de otra vida. Mis amigos con mayúscula son los de siempre. Para disfrutar de verdad tengo que venir a la Barceloneta con ellos porque es cuando yo me doy cuenta que soy yo. 

P- Somos un país con un elevadísimo nivel de “ni-nis” e índice de abandono escolar. 

En nuestra época juvenil, como en la actual, hemos convivido con chicos y chicas sin sueños, sin ilusiones, que no veían salidas. Tu conociste alguno porque creció en el mismo contexto que tú, con las mismas posibilidades y medios. Por tu propia experiencia, opino que eres una persona muy apropiada para dejarles un mensaje motivador. Adelante Lázaro:

En la vida hay que ser feliz. Es lo más importante. Y para ser feliz si tú vas a trabajar en algo que te va a ocupar la gran parte de tu tiempo, tienes estar seguro que eso te apasiona. Que amas eso que haces. Si haces algo que no te gusta vas a vivir una gran parte de tu vida con frustración y posiblemente esto no te va a dejar triunfar. Entonces lo primero es intentar saber lo que te gusta. Cuando lo identifiques, prepárate para ello. Y cuando te prepares bien para ello, sigue esforzándote. Y no te desanimes si tus objetivos no llegan al momento, porque llegarán. 

Nadie te puede decir que eres inferior a otros. Lo que tienes es que encontrar tu camino y si surgen problemas intentar ponerles solución. El talento no es de nacimiento, el talento se hace, se trabaja. Identificar lo que nos apasiona y Pasión, Preparación y Esfuerzo. Yo no soy más listo ni nací con más talento. Yo sólo he aplicado esos 3 principios en mi vida. Sin ponerme límites, etapa a etapa.

¿Tú que quieres ser? Camarero en un Mcdonalds, ingeniero, comercial, bombero, empresario,… Se lo que tu quieras ser y apasiónate y hazlo lo mejor posible y vive el camino. El esfuerzo suele ser más satisfactorio que la meta. 

"Apasionarse"

Quedamos con el Sr. Rivademar para entrevistar a lo que se conoce profesionalmente como un triunfador. Saliendo del barrio, empieza en una gran multinacional llevando cafés y acaba como presidente. Prometía  ser apasionante y motivador. 

Pero acabamos tomando un café con Lázaro. El mismo chaval de barrio que se sacó sus primeras pesetas poniendo hamacas en la playa. Al que se le ilumina la cara hablando de su mujer, de sus hijos y de sus mejores amigos. Los mismos que conoció hace más de 52 años en 2º de EGB.

Además, nos confía su “receta del éxito”, más que profesional, vital.

Y, querido lector, abusando de tu confianza permíteme proponerte un ejercicio:

Cuenta cuantas veces utiliza Lázaro el verbo “apasionarse”.