A nivel deportivo, la Barceloneta es un barrio mundialmente reconocido por el waterpolo, pero además del “polo” y el fútbol (del cual hablaremos a futuros reportajes) hubo una época en la cual destacó a un nivel muy alto en balonmano. En este reportaje queremos recordar esta época.
Nos remontamos a mediados de años 60. Un apasionado y reconocido jugador de balonmano vecino del barrio, Vicenç Iborra , recluta la primera remesa de jugadores entre chicos del barrio y algún foráneo que estudiaba en La Salle Barceloneta. Entre otros, unos procedentes en 1ª instancia de la Mercè y después del Poble Sec (donde destacaron Martín Algas, Cubero y Valiente).
Así se formó la sección de balonmano de La Salle Barceloneta, federados en categorías alevines, infantiles, juveniles y seniors.
Los años dorados
Una época de esplendor fue cuando Llorca, uno de los jugadores de los años 60, consiguió que su padre, trabajador de la fábrica textil NERVA, proporcionara el emblemático uniforme verde y amarillo.
Esta generación tenía a Pepe Rodríguez como entrenador y a Vicenç Hernández Pallerols como coordinador de deportes de La Salle y eterno delegado.
En esta época, temporada 71-72, el equipo senior llegó a jugar la final de Cataluña en una en Ripollet entre los equipos del Picadero, Caspe Moritz, FC Barcelona y, ellos, La Salle Barceloneta.
Eran tiempo de pocos recursos en un barrio como el nuestro. Los jugadores eran chicos que estudiaban y/o trabajaban y solo podían entrenar entre semana en la pista de La Salle… de 10 a 12 de la noche!
El premio era ir al cine o un bocadillo en el bar del cole, el del Ramiro. Pero a pesar de las limitaciones, el equipo tenía equipación propia, autocar para los desplazamientos y un equipo de apasionados seguidores, “Los Maranyes”, encabezados por Juanito “el Campanero” y con padres como Agustí Segura, Miquel Martí, Manolo Atienza y tantos otros.
Lógicamente, el Trabajo de cantera era muy importante. Participando en ligas de sus categorías, en el Torneo escolar Molinete, coincidiendo con equipos como el Padre Manyanet, el Granollers, el propio FC Barcelona, el Sarfa de Huerta, el Virolai o el Esplugues.
El equipo cadete participo en el Torneo Internacional en Teramo (Italia) el 1983.
De la Salle a la Repla
Alegando que el campo no cumplía las dimensiones reglamentarias, sobre la temporada 1977/78 se obligó el equipo a jugar en la pista de la Repla.
En ese momento se produce la fusión entre la Salle Barceloneta y el Centro de Deportes. Con categorías senior, juvenil, y sección femenina.
En 1983 se consigue el Trofeo de la Federación Española de Balonmano, ganando en la final jugada en el pabellón de la Seat al Arraona de Sabadell.
La Repla era una pista muy especial. Sin agua caliente en las duchas, los jugadores apenas tardaban según a cambiarse.
Otra singularidad de la Repla era que cuando había niebla baja, por la humedad del mar, la pista parecía de patinaje que a menudo había que secar previamente con serrín para poder jugar.
Un grupo de amigos
Quedar para almorzar en La Cova Fumada o en el Vaso de Oro robándole “al descuido” los huevos duros que tenia de tapa Gabriel Fort padre, o la bandeja de mojama que sólo duró un día.
También son inolvidables los sorteos de jamones para recoger fondos que se celebraban en una Repla a tope de gente.
Pero bien es verdad que el Fútbol Sala venía fuerte y poco a poco creció con ligas y copas que necesitaban muchas horas de ocupación de la única pista entonces para practicar deporte.
Los grandes rivales de La Barceloneta Balonmano eran en seniors: el Sabadell, el OAR Gràcia, el Balsareny, el Palautordera y, como no, la Salle Bonanova; en juveniles: el Juventut de Mataró y el Sant Miquel (de la calle Muntaner).
Jugar en La Barceloneta para los equipos visitantes no era fácil con una afición muy entregada, tanto por unas gradas a escasos centímetros de la pista de juego, o por el túnel de acceso al patio de La Salle.
Nombres a recordar
En primer lugar, a Vicenç Iborra, que jugó en el FC Barcelona y en la Seat, a quien le debemos en buena parte el nacimiento y desarrollo del balonmano en el barrio.
También hay que recordar a una serie de personas fundamentales, como entrenadores, ayudantes o colaboradoras con una u otra función y en una u otra época, como el Sr. Pi, Martí, Fernando Larrea, Emilio López, Víctor Moreno, Chillida, Félix Rodríguez, Ricardo Rodríguez, José Luis Sediles, Paco Pérez, Lindo Farreres, Jesús Muñoz, Pepe Rodríguez, Ángel Muñoz, Pepe Montes, Pere Aragonés, Vicente Hernández, Miguel Piera, Rafael Gresa, Pere Rogeras, Joan Grau, Félix Rodríguez o Pepe Moreno. Entre otros que nunca cobraron “ni un duro”.
En cuanto a jugadores -y pidiendo disculpas anticipadamente por los que nos olvidamos mencionar- citaremos a:
-Lindo Farreres que fue a la ASOBAL con la SEAT y el Granollers y a la Selección Española absoluta.
-Pepe Fernández i Jaume Tomillero que fueron a la cantera del Barça, el Picadero, y donde Pepe jugó en 2.ª División.
-Jaume Mateu, que fue al AE Sarriá en 1a Nacional.
-Josep Sadurní y Martín Algas que jugaron en la Selecció Catalana y que hicieron pretemporada con el Barça.
-Joan Segura, que jugó en1a nacional con el EN Bazán de Cartagena.
-Oscar Talavero que jugó a 1.ª Nacional con el OAR Gracia.
-Antonio Montes, que estuvo en la SEAT también a 1.ª Nacional.
-Iñaki Castillo quién con José Antonio Montes ficharon por el Sant Quirze en 1.ª Nacional.
-Toni López que fue portero juvenil del Barça con el gran Barrufet.
-Paco Pérez que llego a entrenar con los juveniles del Barça y fue portero en la Salle Bonanova en 1.ª Nacional y ahora entrenador de La Roca y con su hijo Marc jugando en Benidorm en División de Honor.
El equipo de Valdivieso, con el mencionado Talavero, Rodergas, Miró, José A. Montañas, Lupi López, Pol, Llueve, Iñaki Castillo, Jaume Llinás, Devesa…
Más tarde, los García Moruno, Escutia, Maicas, Carlos Castillo, March, Bolea, Díaz, Pitu Ayza, Muñoz, Toni García, Ferrer, Feliu, Herrera, Jordi Llinás, Soni, etc.
Y posteriormente, Patxi Castillo, Català, los hermanos Birnagdelli, Isra Montes, Martí, Carlos Arena, Carlos Montes, los fichados Genís y Agus, entre otros muchos.
También hay que destacar la figura de Joan Herrera, que llegó a ser árbitro internacional.
Nos continuamos viendo
Y ahora, desde hace unos años y si no pasa nada, encontraréis un Sábado por la mañana al mes, a una buena pandilla de veteranos haciendo un almuerzo al bar Jai-can, sede de tantos encuentros desde que eran muy jóvenes.
Allí discutiendo amigablemente -o a veces más acaloradamente- si fue verdad el día que no tenían pelota para jugar y el entrenador Emilio López instó a buscar una, que consiguió Jaume Tomillero, y encima después no jugó. O si era verdad que algunos de ellos necesitaban el cubo de agua para llegar sin dormir al partido, a pesar de que Paco Plaza lo niega.
En resumen. Se trata de una saga de personas, hombres y mujeres, que vivieron el deporte, la amistad, el sentimiento de barrio como pocos.
Que recuerdan con aprecio los y las que faltan: Jesús Muñoz, Santi Moreno, Armando Moreno, Vicenç Iborra, Yolanda Fernández, Cristina Caballero, Silvia Moreno… Esperando reencontrarse para hacer el último partido y soñando que quizás salga una generación nueva que sea relevo de aquellos tiempos. Porque a esta pandilla nunca los silbarán juego pasivo.