De Perú a Mesón, pero siempre Barceloneta

Historia

Manuel natural de Teruel, llegó a Barcelona en los años previos a la Guerra Civil con su humilde familia.

Se especializó como cocinero en empresas tan relevantes como el Hotel Ritz y las cocinas de los trenes de la compañía Wagon Lits.

Fundó el bar/restaurante PERÚ en los inicios de los 40.

En seguida las buenas artes en los fogones de Manuel le dieron amplio reconocimiento y con clientela que bajaba a la Barceloneta para las comidas de fin de semana, sin dejar a atender a medias como bar de diario de vecinos y trabajadores, y comidas en celebraciones familiares. Además, con una relevante oferta de vinos no tan típica en otros locales de restauración de la zona.

 

Años 60: también hostal

En 1961 Manuel se atreve a ampliar el negocio, montando el hostal Marina Folc, que después pasó a ser el hotel en la calle del Mar, 16, ya que su creciente fama, atrae a marinos mercantes y portuarios a residir largas temporadas en el barrio por proximidad al Port.

En aquellos 60-70s el equipo de Manuel y su hijo Félix en la cocina eran muy bien considerados, destacando su reconocido bacalao a la Josephine Baker con almendras. También era muy apreciado su trato familiar con clientes y portuarios en particular que pedían sus barretxes matinales o las faroals (menta con ginebra).

Ya hacia los 70 coge las riendas su hija Conchita, contando la ayuda de su esposo, Pepe, el cual compaginaba su trabajo en el Port de Barcelona, ayudando cuando podía en el negocio familiar.

 

La Faraona, clienta habitual

Es en esa década que la Barceloneta vive unos años dorados como destacado protagonista de la gastronomía marinera. Eran famosas las celebraciones, con mesas grandes y comensales animados que alargaban la sobremesa. Como los saraos gitanos “de mucho parné” del barrio de Gracia que trajeron a la gran Lola Flores, buena clienta del restaurante desde entonces. Lástima que la discreción de Conchita i Pepe no les diera por tener fotos de aquellos históricos momentos.

Los clientes apreciaban tanto el trato recibido como, lógicamente, la calidad de la comida, destacando platos como la célebre Zarzuela o su particular versión del Conejo en salsa.

Más adelante, la siguiente generación, con la hija de Conchita y Pepe: Ma Ángeles, que sigue la saga familiar y crecimiento del restaurante. Sumando su experiencia al conocimiento de José Luís, también cocinero, que pasó a ser su marido.

 

Años 80 y Olimpiadas

Es entonces cuando en los 80 se adecuan más los salones para celebraciones (en especial, comuniones) y convites de grupos.

Y a finales, con la gran eclosión que representaron las grandes obras del Port, Ronda Litoral y, muy concretamente, la edificación de los rascacielos primeros de la zona, con el Hotel Arts, se llega a un acuerdo a través del Banco Pastor para alojar y dar de comer a los trabajadores de la constructora. Electricistas, albañiles, vidrieros, soldadores…, pasaron a ser como de la familia.

 

Hoy en día

Ahora, ya en esta última década de los 2010-20, sus hijas, Cristina y Sonia la han ido dando su toque personal y teniendo una de las terrazas más acogedoras del Pg Joan de Borbó (nuestro por siempre Passeig Nacional).

En el año 2015 el restaurante Perú pasa denominarse Mesón Barceloneta como símbolo de su vinculación al barrio.

Hoy, la ya cuarta generación que regenta el restaurante es el fiel reflejo de una saga familiar que han sabido mantener el trato cercano, la calidad de sus platos (posiblemente una de las mejores paellas que nos encontraremos en La Barceloneta) y manteniendo el espíritu de la saga familiar y ese regusto a sal que desprendemos los habitantes del barrio más marinero de Barcelona.

Más artículos