Jaume Raventós, gerente del Hospital del Mar

Jaume Raventós no sólo nos ha enumerado con datos concretos cómo mejorará el -siempre nuestro- Hospital del Mar, también nos ha planteado de manera muy didáctica cómo es y hacia dónde va la asistencia a la gente mayor. Nos ha tocado oírle decir que uno de los grandes problemas de los abuelos es la soledad. También desconocían que la figura del médico de cabecera, uno de los especialistas más necesarios, está en «peligro de extinción» por falta de vocación.

Claro y directo. Sin duda, ha tenido muy claro quién lee esta humilde revista: la gente del barrio. Quienes, como sus padres y abuelos antes, confían su salud en su hospital: el Hospital del Mar.

 

Nuevo gerente para una nueva etapa.

Es mi segunda estancia en el Hospital del Mar. Ya estuve aquí del 2008 al 2011. Conozco la casa y ya conocía el proyecto del nuevo hospital, porque empezó a planificarse desde principios de siglo. Ahora estamos en la fase en la que afortunadamente ha cogido lo que yo digo velocidad de crucero, avanzando de forma notable en la construcción y remodelación de edificios.

 

¿Qué mejoras percibirán los usuarios en el nuevo hospital?

Este hospital se ha realizado por y para el paciente. Y no es una afirmación demagógica. Durante el desarrollo del proyecto se ha contado con la activa participación de los propios pacientes. En el plan de construcción del centro se les ha preguntado cómo querían que fueran las instalaciones y han participado en la planificación de los espacios. Se han tenido en cuenta sus opiniones y se han aplicado. El objetivo es crear lo que llamamos un “hospital amable”.

 

Concretamos. ¿Urgencias?

Si hablamos de Urgencias, se ha pasado a más de 100 boxes y 72 puntos de atención personalizados, además, por especialidad: traumatología, geriatría, pediatría, de salud mental, etc. Esta organización, digamos consciente, por especialidad es una novedad que nota y beneficia directamente a la persona ingresada. Al mismo tiempo, todas las urgencias se concentran en ese centro.

 

¿Ingresos?

Otra mejora sustancial está en lo que se refiere a la hospitalización. Es decir, lo que llamamos las camas. Todos los pabellones, actuales y nuevos han mejorado las habitaciones convirtiéndolas en espacios modernos y agradables donde los pacientes y acompañantes estén realmente cómodos durante su estancia. Hablamos de decoración, mobiliario, nuevas tecnologías…

 

¿Operaciones?

Próximamente dispondremos de 2 nuevos quirófanos de lo que conocemos como de alta complejidad. En total, se dispone de 4 quirófanos de alta complejidad dotados de la tecnología más avanzada. Se ha producido un plan de inversión en tecnología muy destacable.

 

Urgencias, hospitalización, quirófanos. ¿Ya está todo?

No, nos queda terminar para 2025 el plan de comunicación previsto. Un plan que, aplicando la tecnología de la información, permitirá, entre otras ventajas, que los acompañantes estén puntualmente informados del estado de su paciente, incluso durante su propia intervención quirúrgica.

 

La meta es en 2030.

Más que una meta, una etapa, porque en el 2030 no termina. Luego se inicia una tercera fase en la que se inaugurará el edificio gemelo al mismo. Para ello ya se realiza un trabajo de planificación previo a la ejecución. El presupuesto total son casi 150M €.

 

No olvidemos el Centro de la Esperanza.

Ahora toda su actividad bajará en el Hospital del Mar. Debemos pensar un nuevo plan de usos. Digo «tenemos» porque hay que trabajar junto al Ayuntamiento, propietario del edificio, CatSalut y Derechos Sociales. Entre todos debemos ser capaces de encontrar el uso más idóneo para la ciudad. Es necesario repensar el Centro Esperanza.

 

¿Imágenes de pacientes en los pasillos pasarán a la historia?

Barcelona no necesita más camas hospitalarias. La tendencia en salud es cada vez menos tiempo hospitalizado. Ir al domicilio lo antes posible y potenciar lo que se conoce como ingreso domiciliario. Actualmente existen intervenciones quirúrgicas que no requieren ingreso posterior, sino sistemas ambulatorios de seguimiento.

La necesidad está en las personas mayores. Cada vez hay mayor población de edad avanzada porque la esperanza de vida es más larga. Muchos problemas de falta de camas de urgencias o de ingresos vienen porque no existen suficientes camas de atención intermedia que serían más indicadas para estos pacientes postoperatorios geriátricos. Pacientes que necesitan un trato distinto del postoperatorio joven, pero éste no se da y ocupan plazas no indicadas para ellos y necesarias para otros. Aquí está el cuello de botella.

 

Estos ancianos podrían estar cuidados por familiares en su casa.

Uno de los grandes problemas de los mayores es la soledad. Tienen una estructura familiar que no les da la cobertura que precisan. Las relaciones humanas entre familiares, vecinos, amistades están cambiando rápidamente en nuestra sociedad. A veces, te encuentras con que la persona mayor no puede salir del hospital cuando se le da de alta porque no tiene quien la venga a recoger a cuidar posteriormente en su casa, que muchas veces es simplemente supervisarle la medicación.

 

Muy triste.

También trabajamos esta parte social. Pedimos más recursos a los responsables sociales del Ayuntamiento y de la Generalidad. Es un tema más social que de salud, pero no podemos obviarlo, al contrario, cada día nos encontramos más y más con él. Personalmente, pienso que los hospitales no debemos limitarnos al «espacio salud» e involucrarnos también con el «espacio social», porque van íntimamente ligados.

 

Difícil solución.

Pienso que la tendencia será que para las personas mayores habrá 3 opciones: una, vivir en tu propio piso, siempre que seas lo suficientemente autónomo y teniendo solucionado el mencionado problema de la soledad; dos, vivir en co-living: pisos tutelados y comunidades de convivencia con servicios comunes; y tres, la residencia, sólo para las personas más dependientes. Veo positiva esta especialización, porque por ejemplo una persona autónoma que acude a la residencia sólo a cenar y dormir conviviendo con personas muy dependientes no es positivo para ella y ocupa una plaza no indicada para su estado.

 

Cambiando tema. Los profesionales se marchan a otros países.

Se marchan porque están bien formados y mal remunerados. Lo sabemos todos. Pero otro problema que me gustaría señalar es la tendencia a lo que yo digo la “superpecialización”.

 

¿Superespecialización?

Los estudiantes quieren ser superespecialistas (SE) pero no médicos de familia. Y esa figura no se puede perder. El médico de cabecera es el que identifica la enfermedad y te dirige al especialista correspondiente. Es el que posteriormente revisa los tratamientos, el postoperatorio. Es lo que te conoce personalmente y mantiene ese trato humano y de proximidad tan necesario. Es tu referente cuando te encuentras mal.

 

¿Demasiadas series de medicina?

No sé, pero la realidad es que ser médico de familia ha perdido atractivo entre los jóvenes estudiantes. Pienso que ya desde la facultad no se le da el protagonismo que merece y se “vende” mejor al superespecialista

 

CURRICULUM

Dr. Jaume Raventós, gerente del Hospital del Mar

Licenciado en Farmacia por la Universidad de Barcelona y diplomado en Gestión Gerencial Hospitalaria por EADA. Máster en Dirección y Administración de Empresas (MBA) por EADA. Tiene una dilatada carrera profesional, iniciada en los hospitales de Puigcerdà y de Granollers. Ha sido Director Gerente en los hospitales de San Bernabé de Berga, Josep Trueta de Gerona, Vall d’Hebron (en dos ocasiones) y en el Consorci Hospitalari de Catalunya. En 2008 se incorporó al Hospital del Mar donde fue el encargado de la creación del actual consorcio entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Entre otros proyectos, lideró el traspaso del Centro dr. Emili Mira y la creación del proyecto de Casernes de Sant Andreu. En los últimos años, ha ejercido el cargo de Director de eHealth en Telefónica Soluciones y ha sido CEO y presidente de Clariane España, empresa centrada en servicios de salud mental y servicios a las personas mayores. También ha desarrollado una intensa carrera docente en la UAB, IL3 Universidad de Barcelona, UPF y EADA. Y forma parte del Consejo Asesor de la Fundación Ayuda y Esperanza, de la Asociación de Salud Digital y de la Fundación SIGNO.

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