Yo viví en El Somorrostro

Reunidos con los hermanos Carmen (74 años) y Paco Montes López (70), como explican, familia de los “Caliente” de sobrenombre; y con José Montes Ribas (80).
Curioso que los dos hombres fueron expertos en temas de metalurgia, a los desaparecidos Talleres Pons y al Vulcano.

Todos ellos llegaron a Barcelona de la Andalucía natal (La Mamola y Castell de Hierro, Granada) y se instalaron en las Barracas del Gas. Pequeñas casetas hechas a mano por cada familia, cerca de la calle Gasómetro entre la Catalana del Gas (ahora Gas Natural) y el Hospital de los Infecciosos (ahora de Mar), desde el 1936 hasta el 1954, cuando pasaron a El Somorrostro. Allá vivieron más de 200 familias.

Ya al 1954, con la desaparición de este lugar, fueron trasladados al Somorrostro.

Allá fueron acogidos en un entorno donde conocieron a familias de “payos y calara” viviendo en armonía. Allá algún vecino del barrio trabajó en las fábricas de las “tripas” y de las “olivas”.

José recuerda que fue a vivir en la casa donde estuvo la famosa Carmen Amaya.

Y Paco nos explica que, como su padre trabajaba llevando y vendiendo pescado, tenía bastante relación con la familia de la bailadora y se ayudaban mutuamente, sobre todo con la cura de los pequeños de las casas, como era él.

Carmen río cuando recuerda que uno de sus hermanos no quería comer fideos, porque al lado sede tenían una fuente donde alguna cocinera gitana lavaba las ollas de “pucheros” fuerza condimentados y de olor potente, al contrario que al resto de hermanos, a los cuales los encantaba.

Todos recuerdan que algunos emprendedores de La Barceloneta montaron negocios entre las calles de las barracas. Como la bodega de “chatos de vino” de Diego Robles, la lechería de la Rosa o la tienda de materiales de construcción (con el que hacían y reparaban las barracas) de “El Piropo”.

Muchos niños fueron bautizados en la Iglesia de la calle Wellington, detrás del Parque de la Ciutadella, por proximidad. La mayoría de ellos iban a estudiar al Colegio de Orientación Marítima y Pesquería (del Instituto de Marina y vinculado a la Cofradía de Pescadores y en la Casa del Marino), cerca de las calles Ginebra con Pizarro. Y fueron de los primeros alumnos de la Salle Barceloneta en la apertura al 1957, como José.

El año 1959 empezó el desalojo del Somorrostro y ellos (los de las Barracas del Gas) tuvieron la concesión de pisos a los Bloques de los Pescadores, popularmente denominados los Vikingos.

Algunas familias aguantaron hasta los años 1963-65 y su ubicación fue fuera, sobre todo a las viviendas sociales en los barrios del Polvorín (Montjuic), La Florida (Hospitalet de Llobregat) o San Roque (Badalona).

Pero una cosa es unánime: “vivíamos todos juntos en El Somorrostro, gitanos o payos, sin discriminación. Con penurias, pero con gran alegría”.

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