Josep Lluís Pelegrí

Experto en océanos

En el colegio nos habían dicho que el 70% de la superficie terrestre era mar. En Viquipèdia puedes descubrir que este 70% son algo así como 361.132.999 km² y que esto equivale a un volumen de 1.332.000.000 de km3 de líquido. Ahora, Josep Lluís Pelegrí nos deja muy claro que, detrás de estas impresionantes cifras, en los océanos los debemos la vida. Tal como suena.

Océanos u océano?
Yo mismo no sabría decir cuántos océanos o mares hay. La realidad es que todos están interconectados y estas divisiones son de lo más arbitrarias. A mí me gusta decir Océano. Es más, lo concibo como el sistema circulatorio de un organismo vivo. Me refiero al organismo planetario del cual todos los seres vivos formamos parte.

Potente planteamiento.
EL agua se la base de toda la vida y prácticamente toda el agua está en los océanos. Nosotros, en el fondo, somos Océano. Este es un mensaje que nos interconecta con la naturaleza y a la vez nos interconecta entre nosotros, los seres humanos. 

El agua es “solo” HO.
EL agua es el medio físico, pero este medio físico contiene tanta cantidad de vida que la convierte en un organismo de lo más complejo. El 95% de la actividad metabólica de la Tierra está en los océanos. Esta es el gran dato. 
Nuestro clima el marca el océano.
Los océanos son el regulador climático de la Tierra. Son el regulador de calor más grande del planeta. Absorben el 90% del exceso de temperatura causado por el cambio climático, siente también un imbornal de carbono muy eficiente, porque absorben más del 30% de las emisiones de CO₂ generadas por el hombre.

Se puede decir que los debemos la vida.
Sin ellos no habría vida. Además de regular el clima, producen el 50% del oxígeno que respiramos.

Este clima que nosotros estamos alterando.
El hombre está rompiendo esta autoregulación a la introducir un elemento externo como son los gases invernadero, producidos por los combustibles fósiles. Parte de la radiación que emite la Tierra es atrapada por la atmòsfera y devuelve en la Tierra, recalentándola. El incremento de los gases invernadero hace que este retorno cada vez sea más grande.
Porque si los océanos son el 70% de la superficie terrestre, el 70% de estas radiaciones rebotadas irán a parar en el mar.
Por fortuna, el Océano absorbe la mayoría de este exceso de temperatura. Digo afortunadamente porque el Océano, con sus aproximadamente 3.700 m de profundidad media, apenas se calienta 0,5°. Apenas se ha calentado 0,1 °C desde la época industrial. La superficie de los océanos sí que se ha calentado más, en 1,0 °C, pero mucho menos que la superficie de las zonas terrestres, 2,0 °C.

No nos confiemos.
Por supuesto, hay que reducir este calentamiento que producimos, porque sus efectos son todos negativos. La media del calentamiento de toda la superficie del planeta es de 1,3 °C desde la época preindustrial, y no se para. Las zonas que más se han calentado son las altas latitudes. Europa por ejemplo se ha calentado 2,5 °C.

Pero el nivel del mar sube.
Entre 3 y 4 mm en el año. Son dos los causantes: el deshielo polar y este calentamiento que hace que el agua se dilate, se expanda más. 
El 2024 Barcelona fue la sede de la Conferencia del Decenio de los Océanos organizada por la UNESCO. De que trata?
A finales del siglo XX las Naciones Unidas empezaron a promocionar la idea del desarrollo sostenible. Se dieron cuenta que no es posible separar la cuestión social de la naturaleza. Si quieres una vida social digna, sin desigualdades y minimizando la pobreza, tienes que tener una naturaleza respetada y que esté en armonía con la gente. Así, el 2009 las Naciones Unidas lanzaron una declaración de armonía con la naturaleza (Harmony with Nature) y el 2015 promulgaron el desarrollo sostenible, con un conjunto de objetivos y herramientas para conseguirlos. El 2030 se comprobarán en profundidad los resultados.

Buenas intenciones. Satisfactorios resultados?
Se trabaja para lo cual. Después de la década de la pobreza, la década del agua, de la naturaleza, ahora estamos en la década de los océanos. En concreto, la década de la ciencia oceánica para el desarrollo sostenible. Un concepto muy potente en el cual muchos trabajamos y estamos comprometidos. 

La ciencia no siempre evoluciona a favor del hombre.
La ciencia es preciosa. Hacer ciencia es apasionante. La ciencia nos permite conseguir metas que nos hacen evolucionar, pero el más importante es que esta ciencia nos ayude a conseguir un desarrollo sostenible para la sociedad. Ciencia con un impacto social positivo para todos, sin excepciones.

La playa de la Barceloneta tiene una agua cristalina. Quién lo ha visto y quien la voz.
Se ha trabajado mucho para conseguir la calidad del agua actual. La administración, en este sentido, ha hecho un excelente trabajo. Nuestras playas en general disfrutan de buena salud.
Pues ahora que llega el verano, nos alegra sentir esta afirmación en la voz de un experto.

 

El OCÉANO COMBINA BASTANTE BIEN CON LA MÚSICA Y LA LECTURA

Oceanógrafo, estudioso de la circulación oceánica, los ecosistemas marinos y el cambio climático, con una visión holística planetaria. Trabajó ocho años en la industria y once como profesor universitario, y desde el 2003 es investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona. Decano de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas (1998-2002), coordinador español de Ciencias de la Tierra (2006-2010), director del Instituto de Ciencias de Mar (2018-2022) y coordinador del programa Ciudades Oceánicas de la UNESCO (2021-2023). Ha coordinado numerosos proyectos de investigación y actividades formativas, ha dirigido 21 tesis de doctorado, ha publicado más de 150 artículos científicos y unos 50 ensayos, y ha editado 7 libros.

Denso currículum. Nos lo explica?
Soy físico de formación, tengo dos másteres en oceanografía y en oceanografía física y un doctorado en oceanografía.
Empecé estudiante física porque pensaba que me ayudaría a entender mejor el mundo en el cual estaba. Y de alguna manera, entender mejor el mundo es entenderse mejor un mismo. De hecho, dudaba entre estudiar física o filosofía. También me tentaba estudiar temas forestales, por mi pasión por la naturaleza.

Su mar no se encontraba en un laboratorio de física.
A veces algunos aspectos de los estudios de física me parecían un poquito abstractas y teóricos. Yo, quizás por esta inquietud de juventud, quería algo algo más próxima, que pudiera percibir, ver. Como siempre me gustó el mar me decidí para estudiarlo. En aquellos tiempos no existían estudios de oceanografía o ciencias del mar. Yo, coincidiendo con uno de los muchos destinos laborales de mi padre, nací en Venezuela. Volví de joven y estudié física en la Universidad Simón Bolívar. Cómo él, yo también he recorrido mucho de mundo hasta instalarme aquí.

Combinando el mar con tus otras pasiones: la lectura y la música. 
Me encanta leer. Especialmente novela y libros de filosofía que traten la vertiente humana y los sentimientos. También soy un apasionado de la música. Toco el mejor que puedo la guitarra clásica y canto en una coral. Como individuos nos angustia la soledad y yo a la coral recupero esta conexión grupal de una manera armónica, casi mágica.

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