La evolución del comercio en la Barceloneta es similar a la de cualquiera otro barrio o población. El cambio en la oferta comercial de proximidad que hemos vivido —y continuaremos viviendo— no es exclusivo del barrio, todo al contrario. Lo que pasa es que la ciudadanía, especialmente la de más edad, todavía recuerdan aquellos tiempo en qué se compraba prácticamente todo en el barrio y sólo “se iba a Barcelona” en ocasiones puntuales.
Hoy día, este comercio de proximidad, formado básicamente por negocios familiares, ha ido dejando paso a franquicias, grandes superficies y al comercio en línea, que permite comprar desde casa lo que quieras, de donde quieras, cuando quieras y a quien quieras, especialmente al señor Bezos.
El resultado de esta evolución comercial puede dividirse en tres grupos de negocios: los que han desaparecido, los que se mantienen y los que surgen de nuevo. En esta clasificación no se incluyen los establecimientos de restauración, que por su trayectoria y proliferación en el barrio merecerían un análisis específico.
Los que han desaparecido
Desgraciadamente, este es el grupo más numeroso. Sería injusto hacer una lista, porque ente dejaríamos muchos, muchísimos. Sin embargo, cada uno —según la edad, los hábitos y los usos— tiene la su propia lista mental.
Partiendo de la idea de que “en el barrio se podía comprar prácticamente de todo”, es fácil deducir que todo aquello que hoy ya no se puede encontrar en pocos metros de casa ha desaparecido. Eran negocios familiares , próximos y con encanto, donde el tendero se dirigía a la clientela por su nombre. Con ellos no sólo desaparece el medio de vida de muchas familias, sino también parte de la personalidad del barrio.
Los que se mantienen
Estos comercios de toda la vida que todavía subsisten son excepcionales. Normalmente se basan en la especialización y la calidad de la oferta. Algunos mantienen su aspecto casi original, que forma parte de su encanto; otros han evolucionado para adaptarse a los nuevos tiempos.
Desgraciadamente, muchos han tenido que cerrar por falta de relevo generacional. Sin embargo, suelen conservar una clientela fiel que sabe valorar el esfuerzo y, sobre todo, el trato cercano que ofrecen.
Los que surgen
Uno barrio vivo, cosmopolita y en constante evolución –con vecindario autóctono o recién llegado, pero con nuevas necesidades y gustos compartidos– demanda la aparición de nuevas propuestas.
En la Barceloneta, la aparición de nuevos negocios comerciales es una realidad que vemos todos los días. Son establecimientos regentados, habitualmente, por jóvenes de distintos orígenes que han decidido apostar por el barrio. Emprendedores a los cuales sólo podemos desear lo mejor para su negocio y, al mismo tiempo, pedirles el máximo respeto por un barrio singular del cual, desde de ahora, forman parte activa.
Éste es nuestro comercio: el de toda la vida y también el nuevo.