Una apuesta por el futuro del territorio
Barcelona, una ciudad que siempre ha mirado en el mar, se ha consolidado como la capital de la náutica. Su conexión privilegiada con el Mediterráneo, unas infraestructuras de primer nivel y una historia ligada al desarrollo marítimo han hecho de esta ciudad un punto neurálgico para el deporte, la innovación y el crecimiento sostenible en el sector marítimo. Esta visión se ve impulsada por el trabajo estratégico de la Fundación Barcelona Capital Náutica (FBCN), una institución que apuesta por proyectos de legado que van más allá de los grandes acontecimientos, para garantizar un impacto positivo y duradero en el territorio.
Una historia ligada en el Mediterráneo
La relación de Barcelona con el mar es tan antigua como su propia existencia. El puerto, símbolo de la apertura de la ciudad al mundo, ha estado clave para el comercio y el crecimiento económico durante siglos. En los últimos años, pero, Barcelona ha dado un paso más allá, convirtiéndose en un referente internacional en la náutica deportiva y profesional. Acontecimientos como el America’s Cup 2024, la competición de vela más prestigiosa del mundo, han ayudado a que el mundo mire Barcelona como una ciudad clave en el sector y han hecho de catalizador de iniciativas que se habían iniciado y que ahora ya navegan suelas.
Pero qué significa ser la capital de la náutica? No se trata solo de organizar grandes acontecimientos, sino de liderar una transformación estructural que involucre todos los aspectos del sector náutico, desde la educación hasta la sostenibilidad, pasando por la promoción económica y cultural.
Proyectos de legado: impacto más allá de los acontecimientos
El FBCN trabaja con un objetivo claro: convertir Barcelona y Cataluña en un modelo de territorio marítimo innovador, sostenible e inclusivo. Para conseguirlo, impulsa una serie de proyectos de legado que tienen como finalidad garantizar un impacto positivo a largo plazo.
El FBCN ha puesto en marcha programas para acercar las nuevas generaciones al mundo de la náutica. Desde talleres escolares hasta programas educativos específicos, se busca despertar vocaciones y conectar los jóvenes con las oportunidades profesionales que ofrece el sector. Además, estos proyectos no se limitan a las profesiones directamente relacionadas con la navegación, sino que incluyen disciplinas como la ingeniería, el diseño o la gestión sostenible de recursos.
Barcelona quiere ser un referente en sostenibilidad marítima, promoviendo el desarrollo de nuevas tecnologías para reducir el impacto ambiental de las actividades náuticas y la FBCN quiere ser una pieza clave. Entre las iniciativas destacadas hay el proyecto de Descarbonización de la náutica de recreo con la fabricación de 6 embarcaciones 100% eléctricas y catalanas y la creación de una Mesa Sectorial sobre descarbonización.
Además, el FBCN promueve la vela como deporte inclusivo, sostenible y accesible. Trabaja para fomentar la práctica entre los jóvenes, potenciar la vela adaptada y organizar acontecimientos internacionales con regatistas de diferentes países. Apuesta por la innovación tecnológica, la creación de equipos femeninos y apoya a la navegación oceánica de competición, todo participante en campeonatos y regatas que unen deporte, territorio y sostenibilidad.
No obstante, la náutica no solo es deporte o economía, también es cultura. Barcelona quiere recuperar y promocionar el patrimonio marítimo de la ciudad, desde su arquitectura portuaria hasta las tradiciones vinculadas al mar. A través de actividades culturales, exposiciones y festivales, la Fundación trabaja para reconectar la ciudadanía con su identidad marinera.
Un modelo para el mundo
La apuesta de Barcelona por la náutica no ha pasado desapercibida. La ciudad ya es reconocida como uno de los mejores puertos deportivos del mundo, gracias a infraestructuras como el Puerto Olímpico y el Puerto Viejo. Pero el que diferencia Barcelona otras ciudades costeras es su capacidad para mirar más allá de la aquí y la ahora.
Barcelona se ha posicionado como un modelo de ciudad marítima que combina tradición y modernidad. Con la mirada puesta en el futuro, la capital catalana quiere demostrar que la conexión con el mar puede ser un motor de progreso para toda la sociedad.
En un mundo donde la sostenibilidad, la innovación, el deporte, la educación y la cultura son más necesarios que nunca, el modelo de Barcelona ofrece un camino a seguir. Y con la Fundación Barcelona Capital Náutica al frente, esta visión se hace realidad, consolidando la ciudad como la Capital de la Náutica.